Tal vez, el grave error que cometió Antonio Rüdiger con la ayuda de Édouard Mendy (30) en la visita del Real Madrid a Stamford Bridge en los cuartos de final de la última Champions debería haber hecho saltar las alarmas.
El alemán no era el central de superélite que se pretendía hacer ver. Más allá de la gran solvencia que presenta en los duelos a campo abierto por su gran punta de velocidad, no tiene mucho más. Pierde la concentración con frecuencia, no es demasiado fino en el manejo del balón y le cuesta un mundo ubicarse en el terreno de juego.
Son carencias que no puede tener alguien que quiera triunfar en la casa blanca. De hecho el público del Bernabéu suele castigarlas mucho. Sin embargo, el defensor germano cayó de pie en un principio gracias a su sonrisa, carácter afable y buenas dotes para el humor.
Sin duda son características valorables para fomentar el buen ambiente en el vestuario, pero hace falta mucho más para jugar en el Real Madrid. Ahora que ha tenido que asumir un rol más protagonista con la lesión de David Alaba (30) ha dejado al descubierto deficiencias que no han gustado demasiado.
Ahora nos explicamos por qué Carlo Ancelotti (63) no había llegado a confiar antes en él como titular. Pero es que no tiene nivel ni para estar por delante de Nacho (33). Eso nos conduce a otra incógnita: ¿qué hace falta para que el español goce de más minutos en el centro de la zaga?
El Real Madrid tiene un gran problema con Rüdiger. Le pagan casi nueve millones de euros netos a un jugador que no vale para ser titular. Como siga dando la imagen que ha ofrecido en el comienzo de 2023, la operación del ex del Chelsea le va a terminar saliendo menos rentable que la de Mariano (29).