Althéa Laurin, primera campeona olímpica de la historia del taekwondo francés.
El taekwondo francés no había brillado especialmente en estos Juegos Olímpicos. Sin embargo, había tenido un buen comienzo, con el bronce de Cyrian Ravet (21) el primer día. Pero Souleyman Alaphilippe no pudo confirmar su estado de forma, y el pasado viernes nueve de agosto, la campeona del mundo Magda Wiet-Hénin (28) sufrió una gran decepción al ser eliminada.
En el último día de competición, la delegación francesa tenía una de sus bazas por jugar: Althéa Laurin, medalla de bronce en Tokio y, lo que es más importante, campeona del mundo en 2023. Pero, como demostró ayer su compatriota, ese título no era garantía de éxito. Tenía que mantener el tipo en el campo de batalla. Todo ello en la categoría de pesos pesados, categoría superior a aquella en la que había ganado su título mundial.
Camino al trono
Comenzó con una fácil victoria sobre Munira Abdusalomova, antes de subir la apuesta contra la campeona europea Lorena Brandl (27), dominando a la alemana por enormes márgenes (dos veces 8-3) para alcanzar las semifinales. Allí se enfrentó a Nafia Kus Aydin (29), campeona del mundo el año pasado, pero en el peso pesado, y por tanto susceptible de ofrecer una oposición increíble.
Y así fue. Las dos taekwondistas libraron un combate en el que a la francesa le bastó una patada al cuerpo en el primer asalto para ganar, y repitió la jugada en el segundo. Althéa Laurin ganó el segundo asalto, el combate, se aseguró su segunda medalla y ya podía soñar con convertirse en la primera campeona olímpica francesa de la disciplina.
Batalla final
Pero para ello tenía que vencer a Svetlana Osipova, campeona del mundo en 2022 y subcampeona mundial en 2023 en la categoría de peso pesado. Otra rival dura para la francesa, que empezó con fuerza y golpeó la cabeza para tomar ventajas. La jugada fue validada tras un control de vídeo, y simplemente dio el primer asalto a la francesa.
El segundo asalto fue muy reñido, sin un solo punto hasta los instantes finales, cuando la francesa recibió un golpe en la cabeza, pero reaccionó de inmediato y devolvió el golpe. El resultadofue 3-3: Althéa Laurin se coronaba campeona olímpica.