Era sin duda el gran acontecimiento del día en el WTA 1000 de Montreal: el regreso de Caroline Wozniacki a la competición. Un regreso anunciado hace algunas semanas, después de que la exnúmero 1 del mundo jugara su último partido en enero de 2020. Enfrente tendría a una rival 'asequible', Kimberley Birrell, clasificada fuera del Top 100.
Pero no es fácil volver al nivel de la competición. Eso es lo que debió pensar el numeroso público cuando la danesa dejó caer su saque nada más empezar con un par de errores groseros. La reacción fue fulminante: tres juegos seguidos, incluidos dos breaks. El comienzo de una jugadora de primera fila.
Es cierto que volvió a ceder su saque, pero era su rival la que estaba más nerviosa. Wozniacki se dio cuenta y se aplicó a jugar un golpe más para provocar un error. El primer set se despachó en unos cuarenta minutos, entre otras cosas porque el saque de la australiana era indigesto. Pero se notaba que la danesa estaba teniendo algunas de las dificultades físicas que se esperaban.
Como resultado, los intercambios fueron más frenéticos, y la australiana alternó golpes ganadores con errores innecesarios. Wozniacki luchó, pero hizo su trabajo, sobre todo en los puntos importantes. Finalmente, rompió en el sexto juego para encaminarse a la victoria.
Pudo hacerlo aprovechando los numerosos errores no forzados de su rival. Al final, Caroline Wozniacki se impuso por 6-2 y 6-2, logrando así su gran triunfo tras su vuelta. Todavía queda trabajo por hacer, por supuesto, pero siempre es un placer ver a una gran dama del WTA Tour hacer su regreso.