Caroline García ya ha dicho adiós al US Open en la categoría individual, un revés que le ha hecho recibir bastantes críticas y vejaciones, e incluso alguna amenaza, durante los últimos días. "Espero que tu madre muera pronto", "eres una pedazo de mierda", "una payasa debe estar en el circo" y, entre otros comentarios, uno en el cual aparece un emoticono de una pistola. "Hay cientos, pero estos son sólo unos pocos", aclaró.
"Ahora, a mis 30 años, aunque me siguen doliendo porque al fin y al cabo soy una chica normal que trabaja muy duro y se esfuerza al máximo, tengo herramientas y he trabajado para protegerme de este odio. Pero aun así, esto no está bien. Me preocupa mucho cuando pienso en los jugadores más jóvenes, que tienen que pasar por esto. Gente que aún no se ha desarrollado plenamente como ser humano y que realmente puede verse afectada por este odio", agregó.
Por otro lado, la tenista gala pidió "amor" y amabilidad, aunque sabe que "quienes escriben estos terribles mensajes no cambiarán por ello". Resignada, añadió lo siguiente: "Tal vez puedas pensar que no nos hace daño, pero lo hace. Somos humanos. Y a veces, cuando recibimos estos mensajes ya estamos destruidos emocionalmente tras una dura pérdida. Y pueden ser dañinos. Muchos antes que yo han planteado el tema. Y aun así, no se ha avanzado".
Reconsiderar el anonimato en redes
"Las plataformas de medios sociales no lo impiden, a pesar de que la IA se encuentra en una posición muy avanzada. Los torneos y el deporte siguen asociándose con empresas de apuestas, que siguen atrayendo a nuevas personas a las apuestas poco saludables. Los días en que las marcas de cigarrillos patrocinaban el deporte han quedado atrás. Sin embargo, aquí estamos promocionando empresas de apuestas, que destruyen activamente la vida de algunas personas", continuó.
Se entiende que García ha recibido buena parte del odio por personas que han invertido en su triunfo. "No me malinterpreten, no digo que haya que prohibirlas, ya que la gente es libre de hacer lo que quiera con su dinero. Pero quizá no deberíamos promocionarlas. Además, si alguien decidiera decirme estas cosas en público, podría tener problemas legales. Entonces, ¿por qué en Internet somos libres de hacer cualquier cosa? ¿No deberíamos reconsiderar el anonimato en Internet?", concluyó.