Alcaraz vuela sobre la hierba de Londres, recupera el nº1 y está listo para Wimbledon
Alex De Miñaur es un buen jugador de tenis. De padre uruguayo y madre española, nació en Sidney hace 24 años, empezó a formarse en Alicante y a los 12 años volvió a su país para seguir su formación junto a dos leyendas aussies como Lleyton Hewitt y Todd Woodbridge. Es el nº 18 del mundo actualmente y era séptimo cabeza de serie en el ATP 500 de Londres. Llegó a la final con mucha autoridad y su ilusión era máxima. Pero ahí esperaba el ogro.
Los primeros ocho juegos fueron muy igualados. De Miñaur plantaba cara con solvencia a Alcaraz y cada uno cumplía con su servicio. En el noveno, con saque para el australiano, Carlitos subió dos puntos la intensidad de su juego y logró el primer break del partido. Ganó el siguiente juego y se fue a descansar con 6-4 a su favor. De Miñaur se sentó en la silla pensando qué había hecho mal para no haber podido disputar más el set al nº2 del mundo.
Tras ese primer set, el murciano, con molestias físicas, solicitó un tiempo médico y pidió la asistencia del fisioterapeuta. Le molestaba el aductor de la pierna derecha. Tras un masaje y un vendaje compresivo volvió a pista. La incógnita era saber cómo rendiría.
No parecía limitado el español pero el australiano seguía dispuesto a dar guerra. Tan creativo y espectacular como su oponente, De Miñaur firmó algunos puntos de highlights. Sin embargo, Alcaraz seguía en modo roca.
El primer break del segundo set llegó en el quinto juego, con 2-2 en el marcador. Una doble falta del oceánico permitió al español adelantarse y poner muy de cara la final. El 4-2 hizo más sólida esa sensación.
No hubo sorpresa. Carlos no se resintió de sus molestias en la pierna derecha, evitó las distracciones y logró su primer triunfo en un torneo sobre hierba. De paso, recupera el trono mundial y avisa para Wimbledon. El murciano a veces parece marciano. Tenemos estrella para muchos años y en todos los terrenos posibles.