Una vez acabado el boicot de la WTA, China busca recuperar su posición central
La WTA no logró todas las garantías sobre la suerte de Peng Shuai, que se vio en el centro de un asunto de Estado y en medio de un caso de repercusión internacional después de haber acusado a un alto dirigente comunista de su país de haberle obligado a una relación sexual no consentida.
Pero los rectores del circuito profesional femenino no tuvieron, según sus palabras, más opción que sellar el regreso de los torneos catalogados como WTA a partir de septiembre.
"Llegamos a la conclusión que no conseguiremos plenamente nuestros objetivos y que serán nuestras jugadoras y torneos los que pagarán el precio extraordinario de sus sacrificios", explicó la instancia en un comunicado publicado el jueves.
En la versión china de ese comunicado, mucho más corta que su versión en inglés, no se encuentra ninguna mención a Peng Shuai, antigua N.1 del mundo en dobles, que había desaparecido unos días en noviembre de 2021 después de haber publicado en la red social china Weibo un extenso mensaje en el que acusaba al antiguo viceprimer ministro Zhang Gaoli, 40 años mayor que ella, de haberla agredido sexualmente antes de convertirse en su amante.
'Enorme decepción'
Desde entonces, la jugadora apareció en público en varias ocasiones, especialmente en el marco de los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín en febrero de 2022. En cada una de esas apariciones, Peng Shuai estaba acompañada por funcionarios del régimen. La WTA afirma haber obtenido "garantías" por parte del entorno de la tenista de que ella se hallaba "segura con su familia en Pekín".
La decisión de la WTA fue criticada por asociaciones de defensa de los derechos humanos: "Es una enorme decepción para todos los que defienden los derechos humanos en China", estimó así Human Rights Watch.
Antes de continuar: "No es sorprendente, en vista de las cantidades de dinero que están en juego y del balance de otras empresas de dimensión mundial en China".
En lo puramente deportivo, luego de dos años en los que China fue apartada del calendario mundial a causa del covid y de las restricciones de viaje, el país volvió a ser un destino este año para el circuito masculino de tenis ATP (cuatro torneos, entre ellos el Masters 1000 de Shanghái en octubre) y para el atletismo con una etapa del circuito mundial Liga de Diamante.
Diez torneos en 2019
Para la WTA, China es desde 2015 su principal fuente de financiación en parte tras los éxitos de Li Na, primera (y única) china en haber conquistado un título de Grand Slam en individuales (Roland-Garros 2011 y Abierto de Australia 2014).
En 2019, última temporada que transcurrió con normalidad antes del covid, no menos de diez torneos fueron organizados en China por la WTA, destacando el Masters femenino de fin de año, que con 14 millones de dólares, mejor dotado económicamente que su homólogo masculino.
Como comparación, la dotación del Masters femenino de final de año en Guadalajara (México) en 2021, y en Fort Worth (Estados Unidos) en 2022 cayó a cinco millones de dólares.
El mercado chino es el más dinámico del mundo, con no menos de 20 millones de jugadores y jugadoras según cifras de la Federación Internacional de Tenis (ITF).
"Hay cinco chinas entre las 60 mejores del mundo (...) con una o dos que pueden aspirar a la victoria en un Grand Slam", apunta desde China Mark Dreyer, analista especializado en el deporte. "China podría verse rápidamente en primera línea del tenis femenino".
Al salir de una pista en Shanghái, una jugadora llamada Sue valora el regreso del circuito WTA a su país: "Nunca hubo tanta gente que jugase a tenis, especialmente mujeres, todo el mundo está impaciente por volver a ver tenis profesional", asegura.