Al inicio del partido en La Défense Arena de Nanterre, al oeste de París, Italia decidió escuchar su himno con una orientación contraria a la habitual.
La Azzurra protestaba contra la expulsión en cuartos de final de uno de sus jugadores por comportamiento violento y la anulación del gol que acababa de marcar, lo que, en su opinión, les hizo perder ante Hungría.
Los representantes de dicho combinado presentaron tres recursos ante la Federación Internacional de Natación y el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), acompañados de imágenes.
Aunque finalmente se reconoció que el jugador no se había comportado de forma violenta y se le levantó la sanción, el reglamento prohíbe cambiar el resultado de un partido, confirmando el pase de Hungría a semifinales.
El encuentro de cuartos terminó con un 9-9 y todo se resolvió en los penaltis.
El acusado, Francesco Condemi, salió este viernes voluntariamente de la piscina al inicio del partido durante cuatro minutos, el tiempo de exclusión que se le impuso el otro día.
Los españoles ganaron por 9-11 el partido y la victoria les permitirá luchar por el quinto puesto el domingo (9h00 CET) contra Grecia, que hizo los deberes frente a Australia.